viernes, 14 de marzo de 2014

No quiero que te acabes.

Llego a casa tarde, me tengo que ir ya...
Te doy un beso y hasta no se sabe cuándo.

¿Por qué no te quedas ésta noche conmigo? ¿Por qué no me coges de la mano y me llevas hasta mi portal? ¿Por qué simplemente te resignas y me ves irme mientras tú te vas?

¿Por qué no te dejas ser, de una puta vez, enteramente tú?

Yo siempre te he querido, jamás he necesitado por qués ni porques. Simplemente me he dejado llevar, si sentía algo era porque tú, eres tú.
A fin de cuentas, jamás, nadie podrá quitarnos eso, ¿no? Nadie podrá hacernos olvidar peleas, llantos, gritos, besos, abrazos, reconciliaciones...
En realidad llevamos tanto tiempo juntos, y al mismo tiempo separados... ¿Le ves sentido?
Te quiero, quizá no sea verdad, pero hoy te quiero...
Hoy te amo, ¡te amo! Y nadie, NADIE podrá quitarme eso hoy tampoco.
¿Crees que no tengo claro qué quiero? Mírate al espejo, mira una foto mía y oonla junto a una tuya. Mira al futuro e imagínate mi cara al lado de la tuya cuando te despiertes una mañana, o una madrugada porque se ponga a llorar el niño, porque ha tenido una pesadilla, o porque le duele la cabeza y hay que darle un Dalsy.
Quiéreme tú también hoy, o quiéreme todos los días y haz que me de cuenta de que es lo que necesito.
De que te necesito, de que aún pese a todo lo sigo sintiendo. Aún me tiemblan las piernas cuando andas cerca de mí, la voz cuando tengo que hablarte, y el corazón cuando me sonríes al besarme.

Aún te sigo sintiéndo dentro, muy, muy, muy dentro.

Aún espero que nunca te acabes, que jamás te acabes.

Que seas siempre mío, mi eternidad.

miércoles, 26 de junio de 2013

Revolución actitud y poesía.

Quiero regalarte la poesía,
el sentimiento eterno de cada vez que sonreía.
Lo real y lo irreal 
de ésta historia tuya y mía,
quizá los besos que nos faltaron aquel puto día.

No tienes ni idea de lo que he llegado a sentir por tí,
si cada sonrisa al pensar en tu cara no tenía fin.
Cada aliento y cada sentimiento estaban atados a un edén,
de besos imposibles y miradas con desdén,
de odio acumulado, de abrazos arruinados,
de odio amor y llantos acolchados.
Y puede que ésto acabe así,
que ya no quede nada,
sólamente el suspiro o el cantar una balada,
mirando hacia la Luna,
piediéndonos la mano,
o jodidos por un puto te quiero que nunca ha sonado.
Sufriendo yo y tú probablemente pasando,
pasando o gritándo en tu interior,
quizá llorando o rajando el aire,
pensándonos caminando hacia la pista en nuestro baile,
ésta es la oportunidad de que se salve
lo bello, 
lo bello del sentimiento,
de la historia que jamás podrá llevarse el viento,
del amor incierto pero real,
de lo que no acabará, de lo que perdurará
por siempre, por siempre quedará
ése beso, ése te quiero,
ésa mirada ingénua con tu duda en un concierto o el intento.
Si todo lo que digo es cierto,
si cada vez que pienso no me sale este siniestro nuestro,
que ha llegado como llega el pólen en primavera,
sin hacer ruido al subir por la escalera.
Cada día, cada vez que pienso en tus chorradas,
en tus miradas y mis sonrisas ahogadas,
mis caminares cuando tu culo pasaba,
nuestras jodiendas al saber que todo terminaba.

Que un rap no valga la pena en media hora,
pero que tus sentimientos afloren ahora
al escuchar la base,
mi corazón y su desfase, o mi frase:
'Yo te amaría aunque me dejases'

Amor, amor es un sentimiento cierto,

lento y disperso como un último lamento,
complicado y lejano para aquel no cree en ésto,
pero tan real para mi corazón despierto.
Que no sabe vivir sin tí aunque haga el intento.

Y podría pasar la noche en vela,
bebiendo y contándo mis penas a una botella,
mirándo hacia la noche y pensando en ella,
oscura y solitaria pero luce pura y bella.

Pero no, cada vez yo recite una poesía,
que sea un alma más en la Gran Vía,
cada vez que crezca y me sienta peor,
cada vez que me vea jodida o cuando me llene el rencor,
en ése momento quizá vuele
mi alma y quizá mi mente,
y llegue a donde estabas tú sentado, tan perfecto,
sonriendo despreocupado y te veía en directo,
simplemente te echaré de menos y es posible
que las lágrimas me caigan y me vuelva a poner sensible,
algo que sólo tú has conseguido,
sacarme un 'te he querido',
te perdí y mi corazón quedó partido,
quedó herido
pero sienta bien saber,
saber que no me he rendido,
que aunque tú te hayas ido
todo sigue en pié y el mundo gira en el mismo sentido.

Es tontería suplicarte,

tratar de en tres minutos explicarte
todo lo que hubo y lo poco que ha quedado,
pero se me hace más fácil despedirme,
irme,
escribiendo en el teclado.
 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Cuando cada nota que escriba sea tuya.


Debe ser normal.
Normal, digo, eso de tener una musa. 
Eso de que al mirar a alguien 
de repente, 
sientas una inspiración tal que crees haber visto el mismísimo paraíso ante tus ojos,
en un simple pestañeo,
durante tan sólo una milésima.

Y debe ser cierto, 
éso que a veces dicen.
Eso del amor, eso de enamorarse.
Quizá aquello de que hay besos que saben a miel,
y otros que saben a lágrimas,
y otros que saben a sonrisa,
e incluso los que saben a despedida,
y los que saben a 'no voy a moverme jamás de aquí'.

¿Y quién vá a contarte a tí sobre errores?
Si quizá los errores sean simplemente aciertos pero con el corazón equivocado.

Porque sí, ¿quién te dice a tí que no sea verdad eso de que el corazón se equivoca?
Quizá sea cierto, 

quizá se equivoque.
Y quizá nos enamoramos porque se equivoca;
porque quizá lo que de verdad amamos es la aventura, el pecado y lo irracional.

Si no, dime tú a quién,
dímelo, a quién no le gustan las miradas pasajeras.
O los discretos roces de manos.
O los besos por impulso.
O las llamadas inesperadas.

Puede que sí sea cierto,
ésto de que las cosas cambian,
de que uno puede enamorarse mil veces,
de que nadie sabe cuándo ni dónde.
De que todos creen saber por qué,
pero no lo saben...
Y si lo saben, vamos,
¿por qué no contestan a sus por qué?

Yo no quiero saber por qué.
No quiero más que tu delirio.
Tus certezas.
Quizá incluso tu sonrisa cuando la odio,
cuando la amo,
cuando no sé vivir sin ella y la odio, 
y a la vez la amo.
Cuando cada día es más difícil
y me contesto a mí misma,

Óyeme, ¿sabes? 
Si no fuera difícil lo que tú sientes no sería amor.

Y dime, ¿amor?
Qué complicado es el amor...


Quizá amor sólo sea,

cuando nosotros seamos.

Quizá sólo cuando no negemos.
Cuando todo acabe y todo se aprenda.
Cuando la Luna se baje del cielo,
y te cante una canción.
O cuando el arcoiris sea enteramente dorado,
y las ilusiones nunca se desvanezcan,
ni tan si quiera cuando las conseguimos.
Quizá cuando todo ésto,
todo éste imposible.
Quizá cuando dejemos de creer en lo imposible.

Quizá ahí nos enamoremos realmente.


Ya que,
el amor,
no es más.
El amor quizá,
sea simplemente,
ésa ilusión imposible,
pero, en fin;
ésa que nunca se vá.


 

martes, 9 de abril de 2013

Cuanto más, o cuanto menos.

Me derrotas.

Me desafías, me miras con impaciencia, te enfadas y giras la cabeza como diciendo: 'ven tú aquí si tantas ganas tienes de pelea...' 


Quizá no te des cuénta de que cada vez tengo menos ganas de pelea.

Quizá aún no te lo haya dejado lo suficientemente claro.
Quizá no te he besado cuando he debido hacerlo.
Quizá ésto no nos salga bien.
Quizá sí.
Quizá...
  
Así vivimos, en un contínuo 'estamos condenados a vivir así, a estar así, a no poder salir de aquí'. No dejas de tocar a mi puerta, te apollas en ella, la aporreas, a veces gritas desde detrás, y yo a veces me pongo de puntillas para mirarte desde la mirilla, pero jamás entras cuando te la abro. 
A veces, incluso me acuesto con la puerta abierta, albergando la esperanza de que la cruces y te metas en la cama conmigo. Otras me paso la noche entera con la puerta abierta, mirándote. 

Y es entonces, cuando yo, mi tonta yo, vuelve a caer en tu desafío. 

Es una especie de círculo vicioso. No salgo de él. Me gusta y lo odio -me gustas, y te odio- ; cuando llega a asquearme, o a sacarme directamente de mis casillas, me intento marchar. ¡Y me marcho!
El problema está en que después de marcharme, siempre vuelvo.

En cierto modo no está mal, te ríes, aprendes a sufrir y aprendes a dosificar tu felicidad en pequeñas cantidades, porque nunca sabes cuando vas a volver a sentirte así de feliz, no lo sabes.

Y de hecho, ni si quiera lo de la incertidumbre de las sonrisas que a veces me dejas que saque me importaría, de no ser por las cabronadas.
Los celos, el rencor, el odio, las malas caras, las peleas, los gritos... Las pérdidas.

No sé, cosas que nunca te imaginas de la persona en la que justo te ha tocado fijarte, para darte cuenta de que eres tonta y no tienes remedio. Es triste pero, es así.

De todas maneras, pese a todas las peleas, comeduras de cabeza o ganas de desaparecer, siempre acabaré, al menos yo, llegando a la misma conclusión.

Cuanto más, o cuanto menos, no vas a salir de mi cabeza.  
  

sábado, 6 de abril de 2013

Y tú, ¿también?

¿Sabes ésto de que yo no creía en nadie,
ni en el amor?

No lo hacía ni lo deseaba.

Tampoco lo deseé cuando te conocí, simplemente te ví y sonreiste.

Sonreiste... ¿y por qué acabaste haciendo que odie una sonrisa sin la que no puedo vivir tranquila? Es decir, ya estoy acostumbrada al estrés contínuo que supone ésa maldita necesidad de saber si eres feliz, si estás tranquilo, si tienes tiempo para pensar en lo poco o lo mucho que haya significado para tí que apareciese tan de repente en tu vida, como tú en la mía. 
A decir verdad, lo único que salva todo ésto del: que si, que me pone nerviosa, que mira qué ojos, que si cuánto le quiero, y cuánto le odio... Es el hecho de que se supone que ahora yo también lo entiendo...

Yo también te miro y en ése momento el resto del planeta Tierra me importa una mierda. Yo también sufro cuando pienso que nos van mal las cosas. Yo también me he pasado noches llorando sin motivos sólidos, pero no me he culpado porque si tuvo que ver contigo, ese motivo tan abstracto queda totalmente justificado. Yo también he sonreído cuando he escuchado furtivamente tu nombre de la boca de alguna persona a mi alrededor. Yo también te he buscado cada noche en mi cama, como si realmente algún día pudieras aparecer en ella milagrosamente. Yo también entiendo tu magia, ésa que hace que esté loca por tí. Yo también he mirado las estrellas y he sonreido, pensando que pase lo que pase entre nosotros, siempre compartiremos el mismo cielo, la misma Luna, y el mismo viento. Yo también he querido dibujarte "tequiero's" en la espalda durante horas, días, semanas, meses o años. Yo también siento un nudo en la garganta cuando nos peleamos y se tuercen las cosas...

Yo también te miraría dormir toda una mañana, te comería a besos y te abrazaría durante horas aunque fuese verano y estubiéramos a 30ºC, contaría tus lunares y me los aprendería de memoria, te encerraría más aun en mi cabeza, y estaría a tu lado incluso cuando te sintieras perdido y con ganas de olvidarte...



Y esque, yo también he deseado no creer en el amor, incluso
después de conocerte, pero definitivamente...


Ahora yo también creo en tí, amor.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Todo lo que me ofrece la vida sin tí, es condena.

 http://www.youtube.com/watch?v=f1BQsyitRDE



Levántate,
salvaje.
Como una planta que nace, 
a la sombra de la sierra. 

Mi corazón, ¿dónde te metiste?
A la sombra de la sierra. 
Mi corazón, sé que te escondiste, 
a la sombra de la sierra. 




'Si te encuentro gritaré a viva voz, 
que prefiero verte que, ganar la guerra. 
Levántate, mi corazón, 
te escondiste a la sombra de la sierra'.

lunes, 18 de marzo de 2013

Co-razones, versión tú.




No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza por eso de que su cintura... Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa y esas maneras, y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que dá.
 
Pero además lo he visto serio, ser él mismo, y en serio que eso no se puede escribir en un poema.

Por eso, todo eso que me cuentas de que míralo, cómo bebe las cervezas, y cómo sonríe, y qué fácil parece a veces enamorarse... Todo eso de que él puede llegar a ser ese puto único motivo para sonreír, y a la mierda con el llanto... Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el día que me dió dos besos y me dijo su nombre.

 

Pero no sabes lo que es acostarse y sonreírle a la Luna, y besar al viento porque sabes que él respira el mismo aire que tú.
 
Así que supondrás que yo soy la primera que entiende el que pierdas la cabeza por sus ojos, y el sentido por sus palabras, y el culo su sonrisa y el mínimo roce.
Que las suspicacias, los disimulos cuando él pasa o las incomodidades de orgullo que pueda provocarte, son algo con lo que yo ya cuento.
Quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos...
Que yo también lo veo, que cuando él cruza por debajo del cielo solo la tonta mira al cielo, y yo sí que no tengo cojones a decirle que no a nada, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la Luna, y mira que hay tontos enamorados en este mundo...
 
Que sé la cara que pone cuando se deja ser completamente él, rendido a ese puto milagro que supone que exista, y lo he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana... No me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de "mira sí, un polvo es un polvo", y eso del tesoro que se esconde en ése brillo en sus ojos.

Que te entiendo.
 
Que yo escribo sobre lo mismo y sobre el mismo.

Que razones, tenemos todos. Pero yo, muchas más que
vosotros.